Las y los habitantes de México hemos olvidado, casi por completo, lo que es la seguridad ciudadana, porque en el presente sexenio de Andrés Manuel López Obrador este derecho humano es violentado todos los días y a toda hora.
Desde que los abrazos y no balazos se convirtieron en la estrategia gubernamental para garantizar la impunidad a la delincuencia, hemos sido testigos de cómo crece, hasta índices alarmantes, la delincuencia y delitos como el tráfico de drogas, asesinatos, desapariciones, desplazamientos forzados, secuestros y feminicidios.
Las y los mexicanos prácticamente en ningún lugar del país nos sentimos seguros, porque el gobierno morenista de la República no puede cumplir el Artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que a la letra dice: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
Es decir, se nos debe garantizar el derecho a la seguridad ciudadana, que no es otra cosa que la obligación del Estado Mexicano por desarrollar acciones para establecer el orden civil democrático, resguardando las libertades y garantías emanadas del Estado de Derecho, a través de la convivencia y desarrollo pacífico de las personas y la erradicación de la violencia en todas sus formas, protegiendo la vida, la integridad, la libertad y las posesiones.
No soy yo quien lo dice. Lo manifiestan millones de mexicanas y mexicanos que afirman no sentirse seguros en sus ciudades y que exigen la pacificación del país, una eficiente estrategia de seguridad, que desean ver a sus hijas e hijos jugando en la calle, que piden una justicia expedita y que quieren que sus seres queridos vuelvan vivos a casa, tal como se los llevaron.
Mi tierra, Zacatecas, es el más claro ejemplo de lo que es vivir con miedo, porque allá tenemos dos de los cinco municipios más peligroso de toda la nación: Fresnillo, en la primera posición; y Zacatecas, en la tercera, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI. En la lista también están Ciudad Obregón, Uruapan y Toluca de Lerdo.
En el tercer trimestre del 2023, el estudio mostró que el 67.4% de las mexicanas y el 54.1% de los mexicanos mayores de 18 años consideran peligroso vivir en sus ciudades. Sin embargo, en mi entidad natal estamos peor, porque el 95.4% de los fresnillenses y el 92.1% de los zacatecanos en dicho rango de edad se sienten inseguros.
El Semáforo Delictivo señala que el estado de Zacatecas está en rojo en seis de 11 delitos: violación, violencia familiar, feminicidios, lesiones, robo a negocios y a vehículos; mientras que está en amarrillo en robo a casas.
La situación es tan grave, que la gente señala que se siente insegura cuando utiliza los cajeros automáticos, el transporte público y va al banco. Bueno, tiene temor hasta cuando transita por las calles habituales y ha modificado hábitos y costumbres para protegerse a sí misma.
Y lo más lamentable es que la mayoría de los habitantes de México considera que en los próximos 12 meses la inseguridad empeorará.
Así que el gobierno federal miente y engaña cuando nos envía a la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, a decir que se está combatiendo la inseguridad, porque la desmienten las cifras de pejelandia, hasta ahora, casi 160 mil homicidios dolosos; 340 mil desapariciones; cerca de 18 mil mujeres asesinadas, más de 4 mil 500 feminicidios y unos 2 mil policías asesinados.