Luna Nueva: Retroceso de 114 años

Hay momentos en mi vida que me siento viajera del tiempo y retomando las clases de Historia de primaria y secundaria, me monto en un tren que como en Harry Potter, me saca de la realidad que todos vemos, para llevarme a una más allá, una que toma forma al ir escudriñando eventos del pasado que parecen revivir aquí y ahora.

Hace unos días alguien me envió un video por WhatsApp con la opinión de algún crítico, de cual lamentablemente no recuerdo el nombre, pero sí el contenido de su opinión. Decía, entre otras muchas verdades, que la 4T tiene un guión o libreto escrito que parece es requisito para los premiados con algún puesto “de elección popular”.

No lo dijo, pero es más que claro quién lo escribió y para los zacatecanos es más que obvio quién lo sigue al pie de la letra.

Entre otras cosas mencionó: sin importar la evidencia –de cualquier índole– como adolescente fiestero niega todo, si hay muchas pruebas dice que son falsas y si son abrumadoras dice que es un montaje o se culpa al pasado, a los de antes.

En Zacatecas se le da un plus con la herencia maldita y lo más risible, pero que pasa y con más frecuencia de lo que la prudencia permite, se usa mucho la lamentable frase ya conocida por todos: tengo otros datos.

Acaba de pasar en Zacatecas: con la defensa bien estudiada como las tablas de multiplicar de antaño, el gobernador con la frase de “tengo otros datos”, no sólo les dio la espalda a los prestadores de servicios –que presentaron datos de que no les ha ido bien desde 2020–, sino que les dijo mentirosos, con una desvergüenza que de plano enterró la diplomacia o sentido común en la que la realidad ideal es que el gobierno apoye a sus ciudadanos, al menos para buscar soluciones juntos.

Para nuestros actuales gobernantes, todos los que piensan distinto a ellos mienten, mientras viven en su burbuja en la que creen sus mentiras o bien, se burlan del pueblo… ¿alguien recuerda que se nos dijo que la atención médica que tenemos es mejor que la de Dinamarca?

El fallecimiento de la diplomacia, las buenas maneras, el sentido común y sobre todo, del respeto, me hace pensar que hemos dado un retroceso de 114 años en la historia, como cuando en los tiempos del porfiriato nadie se podía oponer al gobierno, porque imperaba la censura, había represión y persecución a quienes se atrevían a expresar su opinión, sobre todo de periodistas, puesto que había un control absoluto de la opinión pública y creo que eso está por pasar con la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión propuesta por Morena.

Ahora, con el libreto bien estudiado de los de la 4T, que reaccionan muy mal ante la mínima crítica u opinión opuesta, se ataca directo, sin piedad y visceralmente a quien destapa cloacas, a pesar de haya pruebas irrefutables, sin importar qué fue lo que se dijo, las pruebas que presenten, dónde ocurrió; sólo importa quién lo dijo para perseguirlo y destruirlo ¿recuerdan cómo se atacó al periodista Carlos Loret por sus investigaciones?

Todo indica que estamos regresando a esos años de autoritarismo total. Ya no se distingue la división de poderes: tenemos un Legislativo supeditado al Ejecutivo –al tener mayoría en el Congreso de la Unión y en el Congreso local– y el Judicial perdió ya su autonomía por decreto, por decisión del Ejecutivo.

El Ejecutivo cambia las leyes a modo para hacer lo que le plazca, con el poder que le da la mayoría en el Legislativo y ahora pondrá los jueces y magistrados también a modo.

Todo lo que se había ganado en materia de libertad de expresión, consagrada constitucionalmente en México en el artículo 6 de la Carta Magna, está en peligro y aunque no es la primera señal de alerta, creo que la más demoledora es la desaparición del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI).

Digo que no es el primero porque desde 2018 buscar información oficial es todo un desafío; las oficinas de gobierno están cerradas para los periodistas, sobre todo para los identificados como “no alineados”.

Para pedir información, por muy trivial que sea, hay que hacer solicitud, esperar hasta un mes o más que respondan –casi nunca responden– y si hay respuesta, es con la información que ellos quieren… sólo circula, en general, información boletinada por las oficinas de Comunicación Social, muy a favor del gobierno, por supuesto, sólo lo que ellos quieren que se sepa y como quieren que se sepa.

Ahora que está de moda etiquetar todo con la leyenda «…del Bienestar», han de estar maquinando ya los noticieros, revistas y periódicos del Bienestar, sin dejar de lado las redes sociales del Bienestar… Ridículo.

Para acabar con la injusticia social, la censura, la ausencia de libertad política y autoritarismo estalló la Revolución Mexicana en 1910. Aunque fueron varios levantamientos en todo el país con temas muy específicos, al final se le dio forma a la Nación que disfrutamos los que tenemos la dicha de tener más de 50 años, con la promulgación de la Constitución de 1917.

Creo que tanta sangre derramada para tener lo que hasta hace unos años teníamos y no apreciábamos, merece respeto. Y ya no digo los caudillos que murieron en esa guerra intestina, sino la gente común y corriente que sin preparación militar empuñó lo que le sirvió de arma y que harta de tantas limitaciones e injusticias dio su vida para cambiar este pedazo de mundo, ellos nos merecen respeto.

Creo que ellos morirían otra vez –pero de tristeza y decepción– si vieran que vamos como el cangrejo porque todo lo que habíamos ganado lo estamos perdiendo, nos lo están quitando.

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